lunes, 18 de enero de 2010

EL ZORRERO Y EL CANDIL


Recomiendo un buen babero para la lectura del fin de semana que nos brinda Gonzalo. Felicidades y quedamos a la espera de que nos mandes fotos ilustrativas. Un abrazo:
"INOLVIDABLE FIN DE SEMANA DE MONTERIA (16 y 17 de enero)

Hacía ya años que no cuajaba un gran fin de semana monteando. Este pasado ha sido uno de ellos, y seguramente de los que no olvide. A la vez de productivos, se han dado dos circunstancias que han aumentado el gozo, con es el haber compartido estos dos días con mi hijo, y el haberme reencontrado nuevamente con los resultados, pues después de varias reses que se fueron inexplicablemente sin cortar pelo, he vuelto a recordar esos días en que difícilmente se me iban las reses que me entraban bien.

Este fin de semana, de la mano de PACO LUCAS, he monteado la finca EL ZORRERO, que descansó el año pasado, y EL CANDIL, finca que no conocía, ubicada por encima de la presa de Zufre, y lindando por su otro extremo con la Sierra de las Cabras.
El Zorrero se monteó con 25 puestos, correspondiéndome el 3 de la linde de “Juan Diego”, un puesto precioso con un gran testero en el tope de la mancha. Nada más empezaron a entrar las demás armadas y traviesas, se notó el ambiente de reses, culminando con la aparición en lo alto de la loma con un grupo donde pude contar al menos 6 venaos. Esperé a ver que hacían, y cuando se empezaron a mover con intención de volverse, disparé al que se encontraba más bajo (unos 300 metros), quedándome con él tras el tiro, que lo hizo correr hacía mí unos 100 metros. Del revuelto de reses pude aprovechar otro momento, quedándome con otro antes de que volcaran hacia la solana. Cuando creí que el día ya había cumplido, entran una collerita de venaos, a los cuales le suelto tres o cuatro tiros, cayendo ambos prácticamente uno encima del otro. La cosa empieza a pintar de lujo, cuando por la derecha asoma un cochino, que lo tira primero mi hijo, y que haciendo hilo con él, empiezo a tirar; terminado volcando el cerro, si bien me parece que va renqueando. Poco antes de asomar los perros a mi barranco, una nueva ladra me pone alerta y veo por el mismo viso hacia la izquierda otro venao, quizás algo más bonito que los anteriores; lo voy apuntando a pesar de lo lejos, pero no deja de seguir por el viso hasta que lo pierdo de vista. Atento a sentir los tiros del puesto siguiente, me quedo perplejo cuando lo veo volver sobre los mismos pasos, y volcarse derecho a mi puesto; ya a media ladera no espero más, se para totalmente de frente un segundo debajo de un gran alcornoque, y cae redondo de un tiro en el pecho. Ya tengo la “manita” de venaos, y ahora me queda la paliza de marcarlos, si bien disfrutando y saboreándolos con mi hijo.
El resultando global extraordinario: 29 cochinos y 12 venaos entre 25 puestos.

Al día siguiente, extreno de finca, El Candil, donde me toca un cierre junto a una maya donde aprecio una “colá” que está tomada. El puesto está en lo alto de un collao, y la mancha de monte y eucaliptos la tengo hacia abajo. Lo tenía claro, por muy tomada que estuviera la colá, hoy seguro que los bichos faldearían por debajo, … y no me equivoqué. Nos avisaron que en la zona había algunas tropas de muflones, y eso fue lo primero que me entró; entre varias hembras corría un machillo al que le solté un tiro al saltar un bancal, siguiendo al resto del grupo. Al rato, tras soltar a mi derecha, siento un “rumor” en la mancha (como diría nuestro amigo PETER), y aparece un bonito venao que cobro sin mayor complicación. ¿Otro buen día seguido de montería…?. Lo mejor quedaba por llegar. Cuando llegan a mi altura los perros, monteando la ladera de derecha a izquierda, uno de los perreros me indica que hay sangre donde se encuentra, preguntándome si había tirado algo allí; le digo que es donde he tirado el muflón, y me bajo unos veinte metros para interesarme. En ese momento por debajo del perrero se forma un revuelo de perro, y un guarro tremendo empieza a pegarles, y se arranca hacia delante; sin opciones de poderlo tirar y pensando que se alejaba, el milagro se produce, el guarro se le revuelve a los perros y cambia por completo de dirección, y en ese momento se materializa el sueño de todo aficionado…. El guarro le pasa por delante a los perreros que no cesan en chillar: “ahí va el guarro, es bueno, va hacia ti…”, y así era, cargado de perros, primero veo el vareteo, después lo veo en un claro salir a mi testero, y el sueño realidad. Lo espero en el único claro que veo por debajo mía y allí, aparece inmenso corriendo con los perros detrás; llego a verle la boca y aprieto el gatillo. Lo pierdo de vista y dirijo la mirada a la otra falda del barranco, preparándome para repetirle, pero a ella no llega, y en el mismo barranco se forma la algarabía de perros; parece estar pegado y uno de los perreros corre hacia el barranco mientras el otro le dice, “corre, ve a rematarlo que nos mata a los perros…”. Sin duda momentos de emoción que culminan con el perrero que llega y grita, “¡Que está muerto! Anda que no, en los mismos codillos. El guarro es tremendo”. A mi también me tocaba cobrar ya un buen macareno.
Si señor, un gran fin de semana que culminó con este deseado lance, y con el buen resultado del Candil, que con los 25 puestos se cobraron más de 35 reses.
Gonzalo Álvarez de Toledo"

No hay comentarios: