miércoles, 11 de mayo de 2011

SORIA 2ª PARTE Por Ramón Martínez


Queridos amigos, yo no soy muy adicto a escribir y comentar mis experiencias de caza pero creo que esta lo merece en honor a mis amigos y socios del coto soriano de corzos y en especial a Javi Portero, creador del blog.
Después de la buena expedición detallada por nuestro “Presi” Quini en la primera subida a Soria, ya podréis imaginaros las ganas que teníamos Juan y yo de que llegara el dia previsto de visitar nuestro precioso coto; aunque con muchas incertidumbres y obtáculos llegó la cita prevista en Almendralejo donde yo había quedado con Juan y Quini el Jueves 28 de Abril a las 4:30 p.m. El viaje aunque largo por la distancia y el dichoso 110 km/h resultó corto y como no, muy ameno. Una vez que llegamos, nos recibió el presidente del coto con mucha alegría de volvernos a ver por allí y tan servicial como siempre trazamos el plan de caza para el día siguiente; que consistió en que él iria con Juan y Quini conmigo.

Dia 1º viernes 29 de Abril: salimos sobre la 7:00 a.m. y cuando vamos llegando a la zona prevista de cazar vemos un corzo desde el coche donde pudimos observarlo bien porque aunque nos había visto, no huyó. Yo lo ví bueno pués era bastante largo pero mi compañero; con mucha más experiencia que yo, dijo que era largo pero fino y que seleccionáramos un poco más. Dejamos el coche y empezamos a andar por esos prados tan maravillosos de trigal, berzas,….y en toda la jornada matinal pudimos ver tres machos y cinco hembras. Juan esa mañana pudo ver 7 machos y 7 hembras; por lo que fue un auténtico disfrute. Por la tarde me acompaña el guarda del coto a hacer una espera en el centro de un prado grande y escondido entre piedras en ruinas y troncos secos donde decidimos esperar escondidos desde las 7:30 p.m. hasta que después de una hora aparece una hembra, a los diez minutos aparece otra y ya empecé a ponerme nervioso pués el macho tendría que estar al caer pero cuál fue mi sorpresa que a contraluz y en un prado colindante a unos 400 m. veo un macho donde sólo puedo diferenciar que era bueno por lo que sobresalía sus cuernas de las orejas
Lo comento con mi acompañante y él que también es un gran entendido me dice que es bueno pero el problema era cómo acercarnos a él sin que nos viera, sobre todo las hembras que las teníamos al lado. Así que muy despacio dimos un buen rodeo hasta acercarnos al prado donde estaba pensando que cuando llegaramos después de diez minutos no tuviéramos la suerte de que estuviera allí. Eran las 9:20 p.m. ya con poca luz cuando nos alegramos de ver que estaba allí con una hembra comiendo tranquilamente.
Yo como si tuviera todo el tiempo del mundo cojo mi trípode lo abro, no consigo la altura correcta y vuelvo a regularlo, después no estaba cómodo pues el prado estaba en alto y decido subirme y ponerme en el filo de este, el macho que me ve y empieza a andar hacia el monte lento pero desconfiado, apenas se distingue en el visor por la poca luz que quedaba, pero…………yo tranquilo (demasiado tranquilo diría mejor) y queriendo asegurar el tiro pero a la vez con el riesgo que en segundos se me fuera, disparo y esa sombra que apunté desapareció no sé si corriendo o muerto en el suelo. Nos vamos corriendo al tiro y lo único que vemos es una manta de pelos sobre la hierba y nada de sangre, así que pensé que había fallado; pero nos metimos en el monte sin esperanzas por mi parte cuando a los pocos minutos me llama el guarda muy contento diciendo que lo había encontrado y ya podéis imaginaros mi alegría después de pensar que no le había dado un tiro vital. Resultó ser un buen corzo, largo y un perlado bonito.
Dia 2º Sábado salí sólo por la mañana y después de rastrear varios sitios muy amplios, en uno de ellos me detectó desde el monte un corzo ladrándome y dando por finalizada mi búsqueda por aquella zona. Por la tarde hago otra espera y a las 9:00 p.m. sale una pareja y espero que se acerquen un poco más cuando se ponen a jugar y saltar entrando y saliendo del monte y a última hora y con muy poca luz decido tirarle en una parada en su juego pero fallo.
Y por último el tercer día por la tarde hago otra espera en otro sitio donde después de salir dos o tres hembras, sale el corzo muy tranquilo donde puedo observarlo y ver que era bueno, me preparo a disparar y asegurarme bien el tiro y fallo. No sé qué me pasó pero estaba seguro que le había dado pero no fue así porque no vi rastro de él. Este último junto el prado donde estaba no se me olvidará en una buena temporada, pero esto es así que cuando menos te lo espera, falla.

martes, 10 de mayo de 2011

MARAL

Os paso un video de la caza del denominado Maral o gran ciervo asiático en el que contrasta el enorme trofeo con el delicado silvido o brama que emite en la época de celo: